Consideramos que Miguel Molina Rabasco es merecedor de un reconocimiento al mismo nivel que el de otros escritores o servidores lucentinos, a los que se les ha dedicado el nombre de una calle o edificio público, y por los motivos que exponemos a continuación:
Miguel Molina Rabasco (1933-2020) desarrolló toda su actividad literaria en Lucena, ciudad que aparece recurrentemente en gran parte de sus manuscritos. Es por ello que, este lugar, sus costumbres singulares, sus monumentos y bellos rincones; sus gentes, calmadas y gentiles, pero trabajadoras y emprendedoras; su entorno natural, con la sierra, y la Virgen de Araceli en su cima; permearon profundamente en este escritor lucentino, haciendo que Lucena, de un modo u otro, aparezca, de forma casi permanente, en sus escritos, tanto en situaciones concretas, como en las historias imaginarias que describe magistralmente con su ágil pluma. Esto ha convertido a Miguel Molina en improvisado embajador de nuestra tierra, con sus artículos y libros, publicados muchos ellos en revistas y periódicos de cierto alcance.
Su producción literaria es extensa. Una plataforma online recoge gran parte de ella, www.miguelmolinarabasco.com, con 340 obras, aunque no en su totalidad. Destacamos dos libros: Extrañas jugadas del destino (2019) y Ensayos dramáticos y otros escritos (1994), este último, perteneciente a la colección de Escritores y Temas Lucentinos que editó el Ayuntamiento de Lucena. Fue un escritor versátil, atreviéndose con diferentes géneros: teatro, poesía, narrativa, cuentos, artículos, ensayos, etc. y con una temática muy variada: religiosa, política, ética, cultural, filosófica, económica y, como no, sobre su Lucena. Sin ser exhaustivo, Miguel Molina publicó regularmente artículos en los decenarios Producción y Luceria; posteriormente en Gaceta Lucentina y La Voz; y de manera más reciente, en el diario Córdoba, o Sur. También era frecuente en diferentes revistas locales de carácter religioso como: Jesús, Semana Santa, Campanitas, Amor y Paz, Araceli, Mensaje Aracelitano, etc, pero también partitipó en otras de carácter más cultural, como Angélica, Equal o Ilusión.
Miguel Molina también ha sido parte viva del tejido cultural de la ciudad gracias a su participación en multitud de actividades. Por destacar algunas de ellas: pregonero de Santa Teresa (2002) y de la Santa Fé (1997); presentador del pregón de Semana Santa (1992); presentador de D. Antonio Gala, con motivo de un visita que hizo a nuestra ciudad durante la elaboración de su “Manuscrito Carmesí” (1991); en 2001 fue ponente en una conferencia titulada “Divagaciones sobre el teatro” organizada por la Escuela Municipal Duque de Rivas; ponente invitado en las II Jornadas Culturales celebradas en el Juan de Aréjula en 1995; y durante muchos años, ha sido jurado en el concurso de Mujer Arte. Y, desde el ejercicio de su profesión, Miguel Molina ha estado involucrado en el desarrollo económico, social y cultural de la ciudad, tras unos 55 años de servicio en el Ayuntamiento de Lucena.