Eminencia Cardenal Jorge Urosa Sabino.
Arzobispo General de Caracas.
En primer lugar dirigirle nuestro más sincero agradecimiento por la guía dada a toda nuestra comunidad católica en el país y sobre todo por su valiente posición en la defensa de los valores morales que todos compartimos como norma de vida, convivencia y doctrina.
Mediante la presente comunicación, nos dirigimos a usted distintas representaciones de la sociedad, que en común compartimos como lugar de reunión de nuestra religión La Iglesia Nuestra Señora de la Guadalupe ubicada, en Las Mercedes en el municipio Baruta, con el fin de expresarle nuestra solidaridad al Padre Jairo Servita, sacerdote de esta iglesia y quien tiene la responsabilidad de la parroquia.
Hacemos esto, porque estamos enterados de intentos aislados de descalificar los esfuerzos y mal poner ante la jerarquía eclesiástica, la noble labor que desde la parroquia se ha ejercido en luchas, que desde la propia Conferencia Episcopal se nos ha animado a involucrarnos.
Luchar por la justicia, por la paz, por la libertad nos hace bienaventurados, y hacerlo bajo la guía de Dios, acompañados por la sabiduría de nuestros sacerdotes, obispos y la orientación de la iglesia le da un valor superior.
Durante este año, muchos de los jóvenes que suscriben esta carta, iniciaron una huelga de hambre que concluyo después de 27 días, allí el padre Jairo jugó un papel fundamental, estableciendo las comunicaciones con la Conferencia, con su eminencia el Cardenal, así como también con la Nunciatura. Estas comunicaciones fueron efectivas y fue esta acción seria, desde la iglesia y con su orientación, la que logró liberar a algunos jóvenes que eran prisioneros políticos, que sufrían injusticia y tortura y que lo primero que hicieron al ser liberados fue agradecer a Dios y a quienes participaron en dicha acción allí en la Guadalupe.
No fue una faena unilateral del padre, sino de todos los cristianos, que de las formas en que podían se involucraban, unos en ayuno, otros hidratando, en oración, en activismo. La iglesia nunca dejó de ser iglesia y nunca se partidizó, toda la acción se centro en luchar por lo justo y el logro está allí como un hecho concreto, como una muestra de la efectividad de nuestra fe.
Reforzando lo mencionando recordamos que usted su Excelencia, los visitó el día 02 de junio y posterior a esto, el día 06 de junio, miembros de la Conferencia Episcopal solicitaron la Ley de Anmistía y elevaron una oración ante su Presidente, Monseñor Diego Padrón, quien también realizó una visita a los jóvenes en la iglesia, el día 05 de junio.
Luego de esto, quienes acudimos a la iglesia no lo hacemos sólo para las misas, si no para unirnos a las causas justas, a las que reivindiquen la dignidad humana. Fue desde allí que durante días nos transformamos en voluntarios para recolectar toneladas de alimentos y enseres para ser enviados a los afectados por las emergencias por lluvias en Táchira y Apure, a través de Caritas.
Con el Padre Jairo acudimos a la Defensoría, quien lo aceptó como interlocutor para hacer seguimiento a otros jóvenes y venezolanos que se encuentran prisioneros por causas injustas.
Hemos sido testigos de cómo ha crecido la pertenencia de nuestra fe, en las participaciones masivas en las misas, fue extraordinaria la procesión que por vez primera se hacía con nuestra Patrona de Venezuela La Virgen de Coromoto, en la que vecinos de las Mercedes salían de sus hogares a sumarse, sin miedo a la noche, sin bandera de partidos, si no con fe en Dios.
Por tanto su eminencia, le pedimos respetuosamente, que nos permita seguir bajo la guía de quien hasta ahora ha sido un buen pastor el Padre Jairo Servita para nuestra parroquia, tenga la presente no sólo como un acto de solidaridad, si no como una muestra real de compromiso que hay entre todos por seguir encaminados en la doctrina de la iglesia luchando por lo justo.
Maria Graciela Lucca
Griselda Garrido P.