Los animales no pueden exigir derechos y libertades por sí mismos, pues para eso estamos nosotros, para mejorar sus condiciones.
Voy a incidir dentro de la Ley 8/1991, 30 abril. De protección de los animales, En el apartado de compra y venta de animales. En ella solo dice que en los establecimientos de compra y venta tengan condiciones higiénicas apropiadas, agua, comida y poco más, pienso que esta ley se queda muy corta.
No estamos hablando de prendas de ropa, colonias, perfumes o más productos que vemos en los escaparates de las tiendas en los centros comerciales que nos incitan al consumo, estamos hablando de cachorros, seres vivos que sufren en espacios reducidos y sometidos a mucha presión, como luces, ruidos, personas tratando de llamar su atención, calor y eso en el animal le produce estrés, fatiga y mucha ansiedad. Quien quiera un cachorro en una tienda deberá necesariamente acceder al interior del establecimiento y hablar con vendedor, combatiendo así el reclamo que tiene la exhibición pública de un cachorro de modo que el acto de la compra no se inicie en el exterior, sino en el interés, voluntad o decisión previamente adoptada por el comprador en adquirir una raza en concreto ya que no es necesario exhibirlo como su fuera un objeto.
Y eso solo en las tiendas de animales, no tenemos que olvidarnos de todos esos pobres perros o gatitos que se venden en los mercadillos locales exhibidos como si fueran camisetas durante horas y horas en jaulas pequeñas bajo toda la presión de los mercados, la gente, la temperatura, los ruidos, no creo que sea justo para ellos y debería estar completamente prohibido.
A todo esto me gustaría desde aquí fomentar la adopción, antes de gastarte 600 u 800 euros en una raza de un escaparate de una tienda, salva vidas, adopta a un animal y te aseguro que tendrás un verdadero amigo de cuatro patas para toda tu vida.