La degradación de la justicia comenzó suprimiendo el llamamiento de los jueces sustitutos, imponiendo tasas judiciales y exigiéndose la sustitución obligatoria entre los titulares. Desde entonces la administración de justicia ha quedado destrozada, la pendencia de asuntos judiciales y el retraso en los señalamientos, han provocado una sensación acertada de desconfianza en la ciudadanía en el principal pilar de sustentación de un Estado de Derecho en Democracia, afectando a todos los sectores sociales de nuestro país y creando un estado de inseguridad jurídica permanente y generalizado en la ciudadanía y demás operadores jurídicos. Está situación de abandono y dejación institucional injustificada ya se ha cobrado victimas reales en sus distintas acepciones; con el fallecimiento de tres magistrados, por el excesivo trabajo al que se han visto forzados a soportar, grave perjuicio al sector empresarial de las PYMES con la imposición de tasas para litigar por sus derechos, Abogados que ven como sus asuntos se eternizan, provocando una situación injusta, al ver sus derechos devengados por sus servicios profesionales prestados en defensa de sus patrocinados a años vista, así como a los justiciables que absorben conscientemente y con gran desconcierto y preocupación la eternidad de sus pretensiones a la hora de judicializar sus derechos, afectando a la demanda de profesionales en defensa de sus intereses. Sabido es por todos, que la justicia viene padeciendo, sin solución de continuidad, un abandono en inversión de medios materiales y humanos, pero al menos, funcionaba. Con estas medidas impuestas por el gobierno actual, unida a la desacertada modificación de la LOPJ, el sistema ha dejado de funcionar, provocando un colapso total de los juzgados y neutralizando, con gran perjuicio, la economía interna. Alguien dijo en una ocasión... que quien persigue lo imposible imposibilita lo realizable, limitarnos a entrar en el bucle de petición eternizada de proveer de más medios a la justicia, es anclarse en una petición ya ancestral que el bipartidismo jamás atendió, siendo por demás, que hoy ya tienen servida la excusa inevitable de la falta de recursos económicos como cantinela vitalicia, pero a lo que no pueden negarse, por irrazonable, es a la ocupación efectiva de los jueces sustitutos como jueces de apoyo para la descongestión y reducción de pendencia de asuntos, pues ha quedado probado que suprimir o reducir el llamamiento de estos profesionales , que solventaban el 30% de los asuntos judiciales en España, ha conllevado al resultado final de una saturación de asuntos insostenibles en los juzgados, fracasando la sustitución entre titulares y la creación de los JAT que finalmente se les ha tenido que proveer de apoyo con los jueces en expectativa de destino y cuyas acciones paliativas no han podido solventar dicha pendencia. Por lo tanto... la ocupación efectiva de los jueces sustitutos como jueces de apoyo, serviría para estabilizar nuevamente el sistema, no se trata de reconocer derechos, SINO TÚ DERECHO A UNA JUSTICIA RÁPIDA Y EFICAZ.
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Josè Pèrez Vázquez