Al presidente Constitucional de la República del Ecuador, Rafael Correa Delgado.
A los ciudadanos y ciudadanas que como nosotros y nosotras, aspiramos a alcanzar una nación soberana.
A los pueblos indígenas y a las y los campesinos del país, que se verían afectados por la firma de un Acuerdo Comercial con la Unión Europea.
A los trabajadores y las trabajadoras que actualmente luchan por mejorar las condiciones laborales del país.
A las y los pequeños y medianos empresarios.
A las y los estudiantes, activistas, mujeres, militantes, intelectuales y personas en general que han expresado su solidaridad con los pueblos y nacionalidades indígenas, agraviados ahora frente a la intención del Gobierno de quitarle a la CONAIE su sede:
Las organizaciones sociales del Ecuador recalcamos que hemos mantenido una lucha histórica en contra de los Tratados de Libre Comercio; que derrotamos el ALCA junto con los movimientos sociales del continente; que, luego, derrotamos la pretensión de firmar un TLC con los EEUU; y años después apoyamos la postura de no negociar un Acuerdo Comercial, o TLC, entre la Comunidad Andina de Naciones y la Unión Europea. Lo hemos hecho demostrando que se trata de un nuevo intento de introducir un TLC, y en toda estas luchas, siempre hermanados con la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador –CONAIE–, por su importante y decisiva participación en la lucha contra el neoliberalismo y los tratados de libre comercio.
Nosotros y nosotras, quienes hemos venido luchando en contra de los abusos del poder de las corporaciones transnacionales aupado por la globalización neoliberal, nos pronunciamos para rechazar la firma de un TLC o Acuerdo Comercial con la Unión Europea por parte del Gobierno nacional, Acuerdo que exhibe casi idénticos términos del ya firmado por Perú y Colombia. Este TLC, como ya se ha hecho público, renuncia a la soberanía nacional en aspectos como la propiedad intelectual, las inversiones, las compras públicas, la protección de la agricultura, con lo cual se perjudicará gravemente a la población indígena y campesina, y en las ciudades a la población de menores recursos.
Es conocido que los TLC tienen los mismos efectos que los comúnmente llamados Tratados Bilaterales de Inversión -TBI-, en la concesión de derechos a las multinacionales, en detrimento de los derechos de las personas que viven en las naciones más empobrecidas. Por esta razón, vimos con buenos ojos la iniciativa del Gobierno de conformar una Comisión para la Auditoría ciudadana de los Tratados de Protección Recíproca de Inversiones y del Sistema de Arbitraje Internacional en Materia de Inversiones –CAITISA–, que tenía como propósito investigar y denunciar los abusos de las multinacionales y transnacionales en los tribunales internacionales, donde todos los juicios los ha perdido el Estado ecuatoriano y donde se impusieron laudos millonarios en favor de estas grandes corporaciones, quitándonos importantes recursos que pudieron servir para pagar la deuda social con los sectores más empobrecidos de nuestro país.
Sin embargo, esta auditoría de los TBI, que pudo haber sido un ejemplo para el mundo –como antes lo fue la auditoría de la deuda externa-, perderá su significado de darse la firma del TLC o Acuerdo Comercial con la Unión Europea. Si bien el TLC no incluye un capítulo sobre inversiones, sí incluye esta materia en el capítulo sobre servicios. También hay que considerar que las empresas ven como su complemento indispensable los TBI que ya tienen vigencia y que no son denunciados por falta de voluntad política. Por estas razones nos preguntamos: ¿Qué sentido tiene denunciar los TBI cuando, por otra parte, con un TLC se les otorga a los grandes inversionistas protecciones injustas que reducen la soberanía del país? Este fue exactamente el motivo por el cual el Dr. Carlos Gaviria, presidente de la Comisión de la Auditoría de los TBI –CAITISA-, ha anunciado su renuncia irrevocable, el pasado 28 de noviembre, mediante una carta en la que justificó su decisión por la incongruencia del Gobierno, pues consideró que “(…) es evidente que unos y otros (TBIs y TLCs) son vástagos de una misma política (…)”
Con estos antecedentes, queremos expresar:
• Nuestro rechazo a la suscripción de un TLC con la Unión Europea.
• Exigimos que se lleve a término el proceso de denuncia de varios tratados bilaterales de inversión, el mismo que se encuentra detenido por falta de decisión política del Gobierno ecuatoriano; así como deben avanzar las diversas etapas de denuncia de los otros TBI, hasta concluir.
• Exigimos que se informe al pueblo ecuatoriano sobre cuáles son los mecanismos de protección a las inversiones extranjeras que constan en el Acuerdo Comercial -TLC- con la Unión Europea.
Ante la pretensión del Gobierno nacional de arrebatarle la sede a la CONAIE, violando el plazo de comodato, sede que es, por cierto, la misma casa donde se tomaron decisiones, fruto de consensos, para apoyar muchas de las políticas que fueron parte del plan de gobierno del ahora presidente Correa; ante el absurdo argumento gubernamental de que la sede no fue entregada para realizar actividades políticas –como la lucha histórica que ha llevado la CONAIE en contra de los TLC-; ante el intento de deslegitimar su lucha vinculándola con fuerzas políticas de derecha, sin que eso sea práctica de la CONAIE y demás movimientos sociales ecuatorianos, expresamos nuestro rechazo a tal medida y nuestra solidaridad con los compañeros y compañeras de la emblemática organización.
Junto a todo ello, queremos expresar que es su Gobierno, presidente Correa, el que está por concluir la firma de un tratado de libre comercio neoliberal, iniciativa que mereció las felicitaciones públicas del propio banquero Guillermo Lasso, principal candidato de la derecha en las elecciones pasadas y de otros voceros de esa corriente. Es el gobierno el que coincide, cada vez más, con los neoliberales.
Observando estos hechos nos preguntamos ¿Quién le hace el juego a la derecha? ¿Quién le hace el juego al neoliberalismo? ¿Quién le hace el juego al poder corporativo? Tenemos la seguridad de que no es el movimiento indígena y social del Ecuador, que legítimamente lucha en base a sus convicciones –como lo demuestra en la lucha contra el TLC-, y que son, a no dudarlo, las razones políticas por las que se pretende despojarle de su sede.
Manteniéndonos unidas y unidos en la lucha y preparándonos para nuevos combates, firmamos esta carta desde la sede legítima de la CONAIE
Las organizaciones sociales en lucha contra el TLC: