Bogotá, marzo 11 de 2013
Señores
Comité Pro-mejora Salarial
Universidad Nacional de Colombia
Apreciados señores:
Tenemos confianza, para empezar, en que no se sorprenderán si les expresamos nuestra honda preocupación por la forma como ustedes han decidido exigir sus reivindicaciones salariales. No porque las hagan, ni porque hagan uso del legítimo derecho a la protesta para obtenerlas, sino porque apelando al recurso del bloqueo, a la interrupción forzada de la vida académica, Uds. han dejado de manifiesto estar dispuestos a luchar por sus derechos violando otros derechos de muchos. Y eso nos parece abiertamente contradictorio e inconsistente.
Los procedimientos de bloqueo que ustedes vienen utilizando en el campus de la universidad Nacional, y que han afectado el trabajo académico y la libre movilidad, el acceso, incluso, de los estudiantes y profesores al IPARM, el acceso a UNISALUD, no es propio del modo de vida universitario, ni de las relaciones humanas que ese modo de vida requiere. Su movimiento paralizador de la Universidad tiene por ello graves efectos desinstitucionalizadores y negadores de la esencia de lo que es una universidad.
Una universidad, y una universidad pública en particular, no es una empresa cualquiera, cuya producción puede ser paralizada para presionar reivindicaciones salariales o de cualquier otra índole. A una universidad pública como la nuestra le es constitutiva la formación académica libre y la investigación permanente. Pero sobre todo, ella requiere de la libre movilidad y acceso y del acuerdo tácito de que las dificultades y problemas que ella tenga pueden y deben ser tramitados a través de la discusión argumentada e informada, y no a través de la fuerza. Nos parece que Uds. están tramitando sus exigencias a través de la fuerza y como académicos y universitarios nos sentimos violentados.
Creemos, por lo demás, que el bloqueo al que vienen sometiendo a la Universidad desde el 20 de febrero de 2013 no contribuye a la obtención de sus propósitos, pues su actitud es abiertamente autodestructiva. Su movimiento bloqueador rompe los lazos que atan a la comunidad universitaria y por ello difícilmente puede pretender el apoyo de ésta. Su movimiento paralizador y violentador de derechos como el del trabajo, el de la libre movilidad, el del estudio, incluso el del acceso a la salud, no se puede tener por un movimiento en defensa de la universidad, sino que tiende más bien a destruirla, como en general puede decirse también de todos los movimientos bloqueadores y paralizadores de la actividad académica. Y eso es así, simplemente, porque no puede decirse de un movimiento que atenta contra lo más esencial de la vida universitaria; a saber: la discusión argumentada e informada, y contra derechos muy fundamentales como los señalados, que sea un movimiento que defiende la universidad. Eso es, nuevamente,contradictorio.
Como contradictorio es el hecho de que Uds., en su comunicado #10 de 2013, apelen al derecho para contra-restar posibles y presuntas acciones de hecho por parte de la Administración con el propósito de desbloquear la Universidad Nacional. Quisiéramos expresar nuestro deseo de que tal eventualidad no llegue a tener lugar. Pero al mismo tiempo nos parece necesario llamar la atención sobre el hecho de que las acciones de hecho y violentadoras de derechos esenciales como las que Uds. han emprendido, los desautoriza para exigir la aplicación del derecho. Y repetimos: no porque reclamen y protesten, pues el derecho a la protesta está consagrado constitucionalmente y es absolutamente legítimo, sino por la forma como lo están ejerciendo: mediante el bloqueo y la parálisis forzada de la vida universitaria; parálisis que, entre otras, obliga a interrumpir la comunicación razonada y el flujo de información.
Por todo lo anterior, los aquí firmantes le pedimos al Comité Pro Mejora Salarial que levante el bloqueo de las instalaciones de la Universidad Nacional y que emprenda sus acciones de negociación de la mejora salarial con el Gobierno central, y solicitando la intermediación de las Directivas de la Universidad, de tal forma que ello no afecte el normal funcionamiento de la Universidad. No está excluido que esa acción de negociación requiera de la protesta y la presión de los trabajadores, pero no podemos ser tan poco imaginativos como para protestar a favor de derechos legítimos y que con seguridad benefician a la Universidad, de forma tal que al hacerlo atentemos directamente contra ella. Es evidente que una forma de protesta paralizadora y bloqueadora no beneficia en modo alguno a la Universidad sino que, antes bien, le produce daños profundos.
Cordialmente,
Los aquí firmantes
Karol Ospina